En el mundo oculto de las instalaciones MEP (siglas en inglés para Mecánica, Electricidad y Fontanería), las tuberías, los cables y los ductos serpentean como venas a través de las entrañas de los edificios. En estas oscuridades existe un detalle aparentemente modesto que marca la diferencia entre una construcción segura o una catástrofe: los sellados. Estos elementos silenciosos, estratégicamente colocados en cada hueco y paso de instalación, mantienen a raya incendios, filtraciones y ruidos indeseados.
Cuando las instalaciones atraviesan paredes o suelos que separan espacios con uso diferenciado, sectores de incendio diferentes o vías de evacuación, no basta con tapar el hueco; se requiere una solución inteligente. Materiales intumescentes, por ejemplo, permanecen discretos en condiciones normales, pero ante el calor de un incendio, se expanden como un escudo, sellan herméticamente así el paso y bloquean el avance de llamas y humo. Es una transformación química que salva vidas.

En zonas húmedas, como en piscinas u otras instalaciones de parques acuáticos, hoteles y resorts, campings, y otras atracciones de ocio y turismo, los sellados actúan como diques contra el agua. Siliconas y poliuretanos son materiales adecuados para ello, ya que repelen la humedad. ¿Una tubería de agua fría que pasa por un espacio no climatizado? Aquí la espuma de poliuretano actúa como abrigo térmico y evita que la energía escape y la condensación aparezca.
Mientras tanto, en hospitales o salas de conciertos, materiales aislantes absorben sonidos y evitan así que los ruidos viajen por conductos y huecos como fantasmas indeseados. Incluso las plagas encuentran su némesis en estos sistemas. Sellados especializados, densos y resistentes, cierran el paso a insectos y roedores que, de otro modo, usarían estos huecos como autopistas para invadir espacios habitables.
Los sellados MEP quizá no sean visibles al ojo del visitante, pero su ausencia sí se nota —y de manera dramática— cuando más importa. Un sellado mal aplicado puede convertir un pequeño hueco en el eslabón débil de todo un edificio. Por el contrario, cuando se ejecuta con precisión, no solo cumple normativas de seguridad —como los códigos de incendios o estándares de eficiencia energética—, sino que prolonga la vida útil de las instalaciones y reduce costes de mantenimiento.
Por Juan Carlos Soria, ingeniero MEP sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic