El uso racional y eficiente del agua en instalaciones acuáticas ayuda a la comunidad tanto como al medio ambiente. Al ahorro directo en la lectura de los contadores, se suma el ahorro de productos químicos para su tratamiento y el de la energía necesaria para su mantenimiento y su movimiento. Así, a la sostenibilidad de su utilización se añade el ahorro de costes en su gestión.

Los cinco principios para cualquier estrategia de uso eficiente del agua en una instalación acuática son los siguientes:

Evitar su uso allí donde sea posible. La reparación de fugas es la forma más rentable de evitar la pérdida de agua.

Reducir su consumo donde no sea posible evitarlo. Algunos dispositivos ineficientes pueden reemplazarse con modelos más eficientes (grifos automáticos, boquillas de pulverización, riego por goteo).

Reutilizar el agua. En algunos centros acuáticos, por ejemplo, se reutilizan las aguas procedentes del retrolavado de los filtros.

Reciclar. Si bien no puede emplearse en piscinas, el agua reciclada puede sin embargo utilizarse para el riego de zonas ajardinadas o para las cisternas de las instalaciones sanitarias.

Buscar alternativas de suministro. La recolección de agua de lluvia, el abastecimiento de los acuíferos o el uso de agua marina son posibles alternativas para distintos usos del agua dentro de la instalación acuática, cada una de ellas con sus requerimientos tanto legales como técnicos.

Una vez definidos estos 5 principios, podemos establecer un plan de 5 puntos para una gestión integral, productiva y sostenible del agua:

1.-El director general del complejo acuático debe comprometerse por escrito con una gestión sostenible y eficaz del agua. Actuará como ejemplo para el resto del personal que gestiona la instalación.

2.-Debe añadirse un puesto de responsable acuático en el organigrama de gestión de la instalación. Este tendrá a su cargo el presupuesto de gestión del agua y la obligación de generar ahorros en consumo y costes.

3.-Es preciso conocer cómo, dónde y cuándo se usa el agua en el centro acuático, y elaborar un balance de su gestión. Este incluirá un cálculo de toda el agua que entra al complejo y de toda la que sale de él, incluidas las aguas residuales y las pérdidas por evaporación. Este balance ayudará a identificar dispositivos ineficientes, oportunidades para el ahorro de agua y costes adicionales de gestión. Existen varios sistemas técnicos para monitorizar el consumo de agua en el centro acuático, como por ejemplo el uso de subcontadores.

4.-Es obligado establecer objetivos de ahorro realistas, de forma que los avances puedan ser cuantificados. Las instalaciones acuáticas que se proponen un uso eficiente del agua establecen típicamente como objetivo un ahorro del 20% del recurso hídrico.

5.-Involucrar al personal del centro y a los clientes en la gestión eficiente del agua.  La publicación de informes de gestión, carteles en tablones de anuncios y boletines de noticias, contribuirá decididamente a cambiar comportamientos y a alcanzar los objetivos de ahorro fijados.

No obstante lo anterior, la responsabilidad en la gestión eficaz del agua no recae únicamente en los administradores de la instalación acuática. Los estudios de arquitectura deben también asumir la responsabilidad en sus diseños. Amusement Logic se involucra en esta cuestión y establece objetivos de eficiencia y sostenibilidad en el diseño y desarrollo de centros acuáticos.

 

Fuentes: Sydney Water.