La inteligencia artificial (IA) lleva los sistemas de gestión de los edificios inteligentes más allá de la automatización tradicional. Gracias a su integración estamos en condiciones de analizar en tiempo real los datos, y de predecir comportamientos y tomar decisiones autónomas que optimizan su operación. Este avance no solo impulsa la sostenibilidad, sino que también mejora la eficiencia operativa y económica. Al mismo tiempo, enriquece la experiencia de los ocupantes.

¿Qué son los edificios inteligentes?

Los edificios inteligentes integran tecnologías avanzadas, como sensores IoT (siglas en inglés para Internet de las Cosas), sistemas de automatización y plataformas de análisis de datos, para optimizar su funcionamiento. Los sistemas de gestión de edificios (BMS, por sus siglas en inglés) se diseñaron inicialmente para tareas específicas como controlar el clima, monitorear el consumo energético o gestionar la seguridad. Su limitación funcional, su especificidad, sin embargo, igual que su aislamiento, impide que se adapten a condiciones cambiantes o se anticipen a eventos.

Impacto de la IA en los edificios inteligentes

La IA lleva los sistemas de gestión a un nivel completamente nuevo. Su capacidad de cotejar en tiempo real, con algoritmos de aprendizaje automático, datos procedentes de múltiples fuentes (sensores, cámaras, dispositivos conectados), le permiten identificar patrones, predecir comportamientos y tomar decisiones inteligentes.

Por ejemplo, un sistema basado en IA analiza los datos históricos de consumo energético y los relaciona en tiempo real con las condiciones climáticas y los patrones de ocupación, para ajustar automáticamente la climatización. Con ello reducirá el gasto energético sin comprometer la comodidad de los ocupantes.

Beneficios clave de la integración de la IA

Optimización energética: reducirá costes y emisiones hasta en un 30%, gracias al ajuste dinámico del consumo energético.

Mantenimiento predictivo: identificará y solucionará problemas antes de que se conviertan en fallos críticos.

Personalización del entorno: ajustará automáticamente la iluminación, la temperatura y los espacios de acuerdo con las preferencias y los patrones de actividad de los ocupantes.

Incremento del valor de las propiedades: reducirá los costes operativos y aumentará la rentabilidad.

Cumplimiento de normativas ambientales: contribuirá al logro de objetivos climáticos mediante la reducción de emisiones y una operación más sostenible.

La integración de la IA en los edificios inteligentes mejora su funcionalidad y su eficiencia, y los prepara para un futuro más sostenible y adaptable. Gracias a ella, los espacios en arquitectura responden de manera proactiva a las necesidades de sus ocupantes y del medio ambiente.

Por Francisco Lozano, ingeniero MEP en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

Imagen de cabecera: @Freepik

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