La neuroarquitectura es una tendencia que combina la arquitectura con la neurociencia, con la intención de poner en práctica un diseño de espacios que fomente el bienestar y la salud mental. Se fundamenta en la influencia que ejerce el entorno físico sobre nuestras emociones y nuestros pensamientos y comportamientos. Los elementos clave para ejercer la neuroarquitectura son los siguientes:
- Luz natural y espacios abiertos: puesto que la luz natural mejora el estado de ánimo, la productividad y regula los ritmos circadianos, y los espacios abiertos y bien iluminados producen ambientes positivos y estimulantes.
- Colores y estimulación visual: los colores influyen en nuestras emociones. Tonos cálidos como el amarillo generan vitalidad, mientras que colores fríos como el azul promueven la calma. La neuroarquitectura usa estas paletas para alinear emociones con el diseño.
- Acústica y ambientes tranquilos: el sonido es crucial para la experiencia espacial; un buen ambiente acústico, sin excesivo ruido, fomenta la concentración y el bienestar.
- Ergonomía y diseño funcional: muebles ergonómicos y diseños eficientes mejoran el confort, facilitan el movimiento y favorecen el bienestar físico.
- Jardines sensoriales: los jardines estimulan los sentidos y nos conectan con la naturaleza; las plantas aromáticas, las texturas diversas, el agua de una fuente… Así se producen experiencias multisensoriales que benefician el estado de ánimo y la salud mental.
Por Manolo Barberá, modelador hidráulico sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic