Veamos qué respuesta podemos dar a la pregunta del titular que encabeza estas líneas. Para empezar, podemos afirmar que, efectivamente, hay varios ejemplos de parques «infantiles» en los que el diseño de sus juegos y atracciones se hizo apto para adultos. Probablemente, los ejemplos más destacables del mundo, aunque no los únicos, sean el Mega Swing, en el parque infantil Salyut, del Parque Gorki de Moscú, el más grande de Rusia, y el Anna C. Verna Playground, en el Parque Frank Delano Roosevelt, en el sur de Filadelfia, Estados Unidos, este último, el columpio más grande de Norteamérica.

El Mega Swing del parque Salyut se debe a un diseño de AFA Group, que también llevó a cabo su construcción en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo Garage. El Anna C. Verna Playground, por su parte, es obra de WRT Design, en colaboración con los consultores de juego Studio Ludo. En todo caso, ambos equipamientos se caracterizan por ser atracciones para un público familiar o, dicho de otra forma, de todas las edades; o, todavía en otras palabras —o números—, de 0 a 99 años de edad.

El Mega Swing del parque infantil Salyut (el nombre —«Салют»—, que significa entre otras cosas «fuegos artificiales», hace referencia a una figurada explosión de oportunidades de juego, fiesta y aventura) es una estructura elíptica de acero, de casi 43 m de longitud, con 29 columpios de distintos tipos, que se ilumina por la noche con luces LED multicolores. En cambio, el columpio de Anna C. Verna Playground de Filadelfia, otra estructura elíptica de acero de 30 por 36 m aproximadamente, cuenta con 20 columpios de cinco tipos distintos.

Columpios con sillas para bebés, simples de un asiento, columpios cesta para tumbarse y observar el cielo, columpios tándem para dos, colaborativos, colectivos, adaptables, pesados, ligeros, de tipo balancín, para que los niños jueguen cara a cara, circulares, etc., etc.; en conjunto, ambas instalaciones ofrecen múltiples opciones en un mismo lugar para que puedan disfrutar de la atracción clásica personas de todas las edades y condiciones, desde los más pequeños a los adolescentes, desde madres y padres hasta abuelos y abuelas. Se trata de una atracción inclusiva que fomenta la interacción y la socialización, la colaboración y el diálogo, y sobre todo la diversión colectiva.

Pero las normativas suelen ser bastante restrictivas en lo que a seguridad se refiere. Por ejemplo, dichas normativas limitan la altura de los columpios a 4 metros en Estados Unidos, y trazan en el suelo un rectángulo imaginario alrededor del arco del columpio con una superficie de acolchado para el caso de que se produzcan caídas. Sin embargo, ambos sistemas de columpios las respetan y en cierta medida, al mismo tiempo, las sobrepasan; o, mejor dicho, ponen a prueba sus límites para crear una atracción desafiante, inusual, bella y gratificante, que reúne en una especie de comunión por el juego, a las distintas generaciones que residen en la ciudad.