El turismo nos abre las puertas a nuevas culturas y nuevas experiencias, pero también impulsa la economía de los países que son destino turístico… teóricamente al menos. Y es que, esos países que reciben gran número de turistas son a menudo, y al mismo tiempo, emisores de turismo. En otras palabras, igual que ingresan divisas por el gasto de los turistas en el país, de la misma manera las exportan cuando sus propios ciudadanos viajan a otros países. Si bien las cifras que suelen protagonizar las páginas de los diarios son las que se refieren a los ingresos totales, o a la contribución bruta del turismo al Producto Interior Bruto (PIB), queremos hacer aquí balance y ofrecer una nueva perspectiva —hasta donde lo permitan los datos disponibles—, de forma que tengáis una idea más real de la cuestión. Veamos primero los datos de ingresos:
Los gigantes y los que los siguen: ¿quiénes lideran el turismo mundial?
Con los datos de 2023, Estados Unidos se consolidó como el mercado turístico con mayor impacto económico del mundo, con una contribución del turismo a su PIB de aproximadamente €2,18 billones —¡el equivalente al PIB total de Italia, México y Turquía juntos!—, seguido de cerca por China, con €1,2 billones (que por cierto vio menguar sus ingresos respecto del año 2019 en €420 mil millones). Es necesario hacer la salvedad de que, en estos casos, los datos incluyen tanto el turismo interno, el de los propios nacionales, como el externo, es decir, la contribución de los turistas internacionales.
Por su parte, el turismo es en Europa tan diverso como sus países. Alemania, Francia, Italia y España —en ese orden— figuran entre los países en los que el turismo representa un porcentaje más significativo de su economía. Alemania, con sus castillos de cuento, y Francia, con la Torre Eiffel como estandarte, compiten por el liderazgo a este respecto. Sin embargo, es España la que se lleva la palma en términos relativos: el turismo representa el 12,3% de su PIB, lo que demuestra la vitalidad de un modelo basado en sol y playa, cultura y gastronomía.
A Estados Unidos le siguen, en el resto del continente americano, economías dependientes del turismo como México (8,6% de su PIB o €120 mil millones) y Brasil (7,7%, €153.000 millones). Mientras tanto, en Asia, donde Japón (7,1%, o €260 mil millones) e India (6,5%, o €214.000 millones) —en ese orden— siguen a China, despuntan destinos como Tailandia (con alrededor de un 10,4% de aporte del turismo a su PIB, o €49.550 millones) o Arabia Saudita (€109,7 mil millones, lo que supone alrededor del 11% de su economía), gracias a inversiones estratégicas. En África, Marruecos (7,3% o €9.700 millones) y Egipto (8%, es decir, €31.500 millones) son polos de atracción, mientras que Oceanía gira en torno a Australia (2,9% de su PIB, o €154.600 millones), cuyo modelo integra naturaleza y turismo urbano.
El doble juego del turismo: cuando los países que reciben turistas también los envían
Como decíamos, resulta un tanto paradójico que los mismos países que encabezan las listas como los destinos turísticos más dinámicos, sean a menudo, también, los que más viajeros aportan al turismo internacional. Estados Unidos, China, Alemania y Francia no solo reciben millones de visitantes, sino que sus ciudadanos son los turistas más activos del planeta. Esta cuestión plantea una pregunta a la que todavía no se ha prestado suficiente atención: ¿cuál es el resultado de los balances turísticos en el mundo?
En 2023, año de referencia para esta investigación, 98,5 millones de turistas estadounidenses gastaron en el mundo unos €146 mil millones. En cambio, los turistas extranjeros —entre los que, obviamente, no contamos a los turistas internos— gastaron en el país un total de €143 mil millones. Eso arrojaría un déficit en su balanza turística de €3 mil millones, lo que no es gran cosa, casi un equilibrio respecto de las cifras globales que presenta su sector turístico.

China, en cambio, como el mayor emisor turístico del mundo —y según informes de su gobierno y de la Organización Mundial del Turismo—, recibió en 2023 unos 30,5 millones de turistas internacionales, los cuales se dejaron en el país algo más de €42 mil millones; en sentido contrario, entre 90 y 100 millones de turistas chinos, según distintas fuentes, visitaron los destinos turísticos del mundo, en los que gastaron unos €138 mil millones. El evidente déficit en la balanza turística del país asiático sería de €96 mil millones.
España, por su parte, presenta un saldo positivo para ese mismo año de referencia, 2023: mientras recibió 85 millones de turistas, que se dejaron alrededor de €92.000 millones, sus residentes solo gastaron €25.000 millones en el extranjero. Como decimos, el saldo positivo de la balanza de turismo sería en este caso de unos €67.000 millones. Francia, como primer destino turístico mundial, también contó con un saldo positivo en 2023: recibió a 89,8 millones de turistas extranjeros, los cuales gastaron en el país €68,4 mil millones; en cambio, emitió 45 millones de viajeros, que desembolsaron en sus viajes €48,1 mil millones. El saldo francés: €20,3 mil millones en positivo. Italia, por su parte, y según los datos que hemos observado, contaría también con una balanza positiva en turismo de alrededor de €15 mil millones.
El futuro: un turismo sostenible y racional
El reto ahora es equilibrar la cuenta de resultados con la sostenibilidad. Ciudades como Barcelona, Venecia y otras que representan destinos turísticos tremendamente populares, se esfuerzan a día de hoy por regular el turismo con racionalidad, para lo cual aplican tasas turísticas y ecológicas o limitan el acceso a sus centros históricos. En cambio, países como Costa Rica, Ecuador, Perú, Chile, Colombia, Brasil, Bolivia, en Sudamérica; como Ruanda, Kenia, Namibia, Botswana, Tanzania, Sudáfrica o Etiopía en África; o como Bután, Nepal, Sri Lanka, Indonesia, Maldivas y otros en Asia; o, por último, como Nueva Zelanda, Fiji, Islas Cook, Palau, Samoa o Vanuatu en Oceanía, han hecho de la ecología su mejor reclamo turístico. No en vano —y según la última encuesta de Booking.com— «el 75% de los viajeros de todo el mundo expresa su deseo de viajar de forma más sostenible en los próximos 12 meses».
Para finalizar, os dejamos un comentario metodológico: hemos seguido en lo posible, los datos que proporciona Statista, que abarcan extensivamente, según su propia definición, «el impacto directo, indirecto e inducido de los viajes y el turismo».
Fuentes: Statista 1, Statista 2, Statista 3, Statista 4, Instituto Nacional de Estadística, World Travel and Tourism Council 1, World Travel and Tourism Council 2, World Travel and Tourism Council 3, TravelPerk, UN Tourism 1, UN Tourism 2, Learn Tourism, Australian Trade and Investment Commission, The Rio Times, Booking.com.