En la era de la inteligencia artificial (IA), surge una pregunta inevitable: ¿reemplazarán estas nuevas tecnologías a los arquitectos? En todo caso, podemos afirmar sin equivocarnos que la IA transforma ya la forma en que los arquitectos trabajan. Herramientas como el modelado 3D, la realidad virtual o el análisis de datos revolucionan el proceso de diseño y permiten una mayor eficiencia y precisión que los métodos de hace solo unas décadas.

Así es, algoritmos avanzados son capaces de analizar grandes cantidades de datos para generar nuevas perspectivas de diseño urbano. O para optimizar la eficiencia energética de los edificios y, por ende, su sostenibilidad. O para mejorar la circulación peatonal en áreas urbanas y prever el impacto medioambiental de los proyectos.

Sin embargo, creemos que la IA no reemplazará por completo a los arquitectos. Aunque sirva para automatizar ciertos procesos de diseño, serán indispensables todavía la creatividad y el juicio y el punto de vista humanos. Al fin y al cabo, los arquitectos cuentan con una comprensión de las necesidades humanas, la cultura y el contexto social que ninguna máquina puede sustituir. Además, la interacción humana es esencial para la comunicación con los clientes o con la comunidad.

En lugar de ceder su puesto a la IA, los arquitectos la integran en su práctica para ofrecer mejores soluciones a los desafíos contemporáneos. Con ella, producen diseños innovadores y sostenibles. De esa manera, el futuro de la arquitectura radica en la colaboración entre humanos y tecnologías. Aprovechar lo mejor de ambos ámbitos sirve a la construcción de edificios más inteligentes y habitables.

Por Manolo Barberá, modelador hidráulico sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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