En los parques acuáticos cuyo diseño corre a cargo de Amusement Logic, la emoción y la seguridad son dos caras de la misma moneda. Detrás de cada emoción al deslizarse por un tobogán, hay un sofisticado sistema de protección que trabaja en silencio. Uno de los desafíos de seguridad en ellos consiste precisamente en la respuesta que damos a la siguiente pregunta: ¿cómo evitar que una persona se lance por un tobogán si no es posible decidir, porque la piscina de llegada está oculta a la vista, si la que se lanzó previamente la ha despejado?
Amusement Logic responde a dicha cuestión con sistemas de circulación inteligente que funcionan como un semáforo urbano, pero en toboganes. Cuando un usuario se lanza por el tobogán, sensores fotoeléctricos de la plataforma de salida activan el disco rojo, para conocimiento del siguiente visitante de que el acceso está cerrado. Entonces, cuando los sensores en la zona de frenado confirman que el usuario ha llegado —tras un breve intervalo de margen de seguridad— se activa el disco verde del semáforo.

Existe la opción de integrar este sistema con otras tecnologías. Por ejemplo, la de las básculas inteligentes. Estas sirven para verificar en tiempo real —en una cobertura adicional de protección— si el peso del usuario es adecuado para la atracción. En cambio, en toboganes multipista, estos mismos sensores se convierten en cronómetros de precisión para que los usuarios realicen carreras.
Para los socorristas, estos sistemas son aliados indispensables, ya que automatizan procesos críticos al tiempo que liberan su atención para que la concentren en otros que la requieran.
Por Francisco Lozano, ingeniero MEP en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic