La metodología BIM (siglas en inglés para Modelado de la Información para la Construcción) no solo es una herramienta útil —hoy ya casi imprescindible— para la arquitectura y construcción de proyectos de edificios, sino también en la reconstrucción de infraestructuras dañadas o destruídas por las catástrofes naturales.
Efectivamente, la metodología BIM permite realizar una evaluación acelerada de daños a partir de modelos 3D actualizados, sirve en la planificación de la reconstrucción con una perspectiva integrada, y en la documentación de las actividades posteriores al desastre natural. Como consecuencia general, la gestión de estas contingencias con metodología BIM reduce los tiempos y los costes de reconstrucción.

Si además contamos con modelos BIM de las infraestructuras, del entorno y de las construcciones existentes, las autoridades competentes tendrán recursos para su gestión preventiva. Gracias a aquellos será factible, incluso fácil, la detección precisa de zonas vulnerables, la simulación de situaciones de emergencia, o la planificación de acciones preventivas ante futuras catástrofes. Entre estas últimas se incluyen los planes de evacuación, la detección de vías de acceso para bomberos, etc.
Y durante la emergencia, tras el desastre natural, la información BIM compartida con los medios de rescate facilitará la toma de decisiones sobre las medidas a adoptar, entre ellas las necesarias para coordinar a los equipos de rescate. Al mismo tiempo, se trata de información que puede aprovecharse con tecnologías avanzadas, como el uso de drones o realidad aumentada.

Por David González Molina, gestor BIM en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic