La arquitectura de instalaciones deportivas se aplica a edificios que desempeñan generalmente dos funcionalidades: como espacios para el entrenamiento de deportistas de élite y profesionales; o para la promoción de un estilo de vida activo y saludable entre el público en general.

En el ámbito del deporte de élite y profesional, la arquitectura adopta cada vez más tecnologías avanzadas que mejoran el rendimiento de los atletas. Por ejemplo, el Aspire Dome en Doha, Catar, destaca por la integración en su arquitectura de las últimas tecnologías. Así, gracias a un sistema de análisis y comprobación en tiempo real de distintos parámetros y de simuladores de entrenamiento, se conoce en todo momento el rendimiento de los deportistas que usan sus instalaciones.

Por otra parte, instalaciones de recuperación como las del Red Bull Athlete Performance Center, en Austria, incorporan cámaras hiperbáricas y crioterapia, fundamentales para facilitar la rehabilitación de los deportistas.

En lo que respecta a los usuarios aficionados no profesionales, la promoción de un estilo de vida activo se logra mediante el diseño inclusivo y la arquitectura accesible. El Lee Valley VeloPark, en Londres, Reino Unido, por ejemplo, ofrece instalaciones adecuadas para usuarios con diversidad funcional.

Pero la creación de espacios multifuncionales también juega un papel importante, como se observa en el Kalida Sant Pau Centre, en Barcelona, España, un centro deportivo que promueve una amplia variedad de actividades físicas y de bienestar.

La integración de entornos naturales, como en el Bishan-Ang Mo Kio Park de Singapur, no solo mejora la experiencia del deportista aficionado, sino que también proporciona beneficios psicológicos y físicos a los residentes al crear un entorno natural agradable.