Hoy en día podemos crear mosaicos de tipo romano con nuevos materiales de construcción. Por ejemplo, con resinas sintéticas. Estas resinas permiten diseños que hace solo unos años habrían tenido un coste prohibitivo. Ahora solo debemos elegir bien los colores, ya que el aglomerante será transparente y poroso. Por eso mismo, nunca tendremos charcos delante de nuestra puerta si hemos preparado correctamente la base.
Sin embargo, a veces olvidamos que detrás de un gran proyecto, en este caso, un gran mosaico romano, suele haber grandes profesionales. Y lo que parecía fácil, en realidad no lo es. Así, los nuevos pavimentos se convertirán en un fracaso si no contamos con una ingeniería que haya realizado el diseño de acuerdo con la meteorología.
En definitiva, un mosaico requiere para su instalación exitosa de un adecuado estudio del suelo, de las condiciones de evacuación o conducción de las aguas, de su capacidad portante e incluso de las posibles canalizaciones que atraviesen por debajo y que puedan condicionarlo.
Y es que el acceso a nuevas tecnologías no debe confundirnos. Al fin y al cabo, sí, la tecnología de la construcción está al servicio de todos… pero nos hará mejor servicio si contamos con el asesoramiento profesional adecuado.
Por Jorge Laguna, jefe de la sección de estructuras del Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic