El arquitecto Juan Ruiz y la arquitecta Amelia Tapia, de Ecuador, se especializaron en  Países Bajos y en España «en las técnicas más avanzadas de construcción en madera». De vuelta en Ecuador, pusieron en práctica sus conocimientos y desarrollaron un proyecto innovador que ofrece al común de los ciudadanos un espacio versátil y dinámico, aunque reducido, y, por supuesto, construido con madera. Se trata de IWI, un «habitáculo» flexible que aprovecha al máximo el espacio disponible y se ajusta al mismo tiempo al estilo de vida y las necesidades de cada usuario. El resultado es tan particular y novedoso, que sus arquitectos lo han patentado y ya está disponible para su comercialización en todo el mundo.

Una de las características fundamentales de IWI es el diseño compacto y la materialidad a partir de chapa, textil, acero y madera maciza. Este diseño y esos materiales permiten su fabricación en serie y de forma industrializada, con tecnología de producción digital, según señalan sus artífices, a través de corte por control numérico (fresado CNC). A esa facilidad de fabricación se suma, además, la de montaje (y desmontaje). Por si no fuera suficiente, a todo lo anterior hay que añadir la sencillez de uso y, como se aprecia en las imágenes, su carácter práctico y funcional hasta el extremo.

Tras la fabricación, IWI se entrega plegado y listo para usar, con unas dimensiones de 1,05 m de largo por 3 m de altura, por 2,4 m de ancho. Una vez depositado en el suelo, en el terreno o en una terraza, basta con tirar del módulo frontal para expandirlo. El espacio de 1,05 m de longitud se convierte en otro de 3,45 m o, si se prefiere, en uno intermedio de 2,25 m. Una vez desplegado, IWI contiene todos los elementos necesarios para su uso con distintas funcionalidades. Así, es fácil extraer dos sillas y una mesa extensible, o utilizar los cajones integrados y aprovechar las estanterías, o montar la cama, o emplear el grifo para acceder al agua de un pequeño depósito, o enchufar distintos dispositivos a las tomas de corriente. Todo está ahí. Cuando llega el momento de plegar, los elementos se alojan en los compartimentos diseñados a tal efecto y el espacio queda libre para desaparecer.

Similar a un acordeón, IWI presenta un módulo en cada uno de sus extremos, ambos conectados por una estructura metálica plegable y una cubierta de tela. El módulo frontal es móvil y se desplaza sobre ruedas. Una vez extendido, IWI ofrece espacio para entre 2 y 4 personas. Solo queda añadir que el habitáculo puede conectarse a la red eléctrica y de suministro de agua, o funcionar de forma autónoma.

Fuente: IWI. Imágenes: IWI y JAG Studio.

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