La construcción avanza constantemente gracias a su permeabilidad a las nuevas tendencias y las nuevas tecnologías. Una de esas tendencias es precisamente la preocupación por la sostenibilidad, la cual se traslada a sus procesos y a los materiales que emplea, entre otras cuestiones. La prefabricación, por ejemplo, ha entrado con fuerza en la construcción como un proceso que no solo ahorra costes, sino también desechos y emisiones de gases de efecto invernadero. Respecto a los materiales, también se abre un campo de oportunidades en la construcción.

El uso de materiales reciclados, como los plásticos, forma parte de las novedades en la construcción. En particular, uno de los usos de los plásticos reciclados tiene lugar en la producción de ladrillos prefabricados. Actualmente, el mercado de la construcción muestra dos claras tendencias a este respecto:

-Una relacionada con la composición de los ladrillos: en este sentido, independientemente de la forma del ladrillo, se utilizan para su fabricación mezclas de plásticos o de celulosa con cemento o arcillas.

-Otra en cuanto a la geometría y el formato de los ladrillos: se experimenta con nuevas formas que facilitan su puesta en obra, su eficacia y su rapidez constructiva.

Por último, con este nuevo tipo de ladrillos se mejoran las prestaciones térmicas, acústicas y estructurales de los edificios. Si los precios de estos nuevos materiales se reducen y los plazos de entrega se acortan, sin duda la economía de la construcción abrirá las puertas a estas innovaciones. Y ello a pesar de que el objetivo de su generalización futura en la construcción sea ambicioso y todavía haya barreras, quizá más mentales que de otro tipo, en los usuarios finales. Al fin y al cabo, esta tendencia contribuye a la renovación de los sistemas tradicionales de construcción, así como a su sostenibilidad.

Por Jorge Laguna, jefe de la sección de estructuras del Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic