Numerosos psicólogos han estudiado el juego simbólico en la infancia. Jean Piaget, que dedicó parte de su carrera al estudio del desarrollo en esta etapa de la vida, afirmó que el juego simbólico es una de las formas más evolucionadas de juego. Gracias a él, los niños de entre 2 y 4 años comienzan a comprender, representar, crear y recordar imágenes o hechos que no están presentes en la realidad inmediata. Lev Vygotsky, un destacado teórico de la psicología del desarrollo, afirmó en sus investigaciones que el juego simbólico, junto con la capacidad del lenguaje, permite a los niños crear su propio mundo y explorar las posibilidades de la realidad. Y Freud aseguró que, entre otras cosas, a través de este tipo de juego los niños aprenden a comprender y procesar la realidad.

Los juegos que desarrolla Amusement Logic proporcionan a menudo escenarios ideales para el juego simbólico, una actividad tan importante para el crecimiento y el desarrollo de los niños y, por supuesto, para su diversión. Las formas y representaciones figurativas de los diseños de la compañía incitan y brindan el pretexto para esta actividad lúdica compleja. El nuevo juego en seco que presentamos aquí no es una excepción. Se trata de una estructura que representa a una gran tortuga: Turtle Net.

Más allá de las habilidades psicomotrices que ejercitan los más pequeños al colgarse, hacer equilibrios, reptar o gatear para superar obstáculos, se imaginarán embarcados en un viaje simbólico y legendario sobre el caparazón de una tortuga gigante. Turtle Net es un espacio ideal para el ejercicio físico, la diversión y, sobre todo, la fantasía entendida como el «grado superior de la imaginación; la imaginación en cuanto inventa o produce», tal como nos enseña el Diccionario de la Real Academia Española.

Turtle Net simula el caparazón de una gran tortuga de cuento mediante una estructura compuesta por barras de acero inoxidable pintadas. Estas barras se disponen en una forma geodésica a partir de triángulos que se eleva en una bóveda. Algunos de estos triángulos, seleccionados estratégicamente, se cubren con redes para caminar sobre ellos. Una barra deslizante vertical, combinada con redes inclinadas en el interior de la bóveda, permiten que los niños pongan en juego su destreza y accedan a la parte superior de Turtle Net.

Por último, las carcasas de plástico que protegen los nudos atornillados entre las barras de acero, el suelo de amortiguación con siluetas de colores que evocan el cuerpo de la fabulosa tortuga y una altura de hasta 2 metros, garantizan la seguridad de la atracción. Con una capacidad para 25 niños, Turtle Net es un entorno perfecto para el juego simbólico, además de la diversión, la interacción y la socialización.

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