Armonía y eficiencia

Los parques termales son centros destinados al ocio y el turismo de salud y bienestar, que reúnen un gran número de instalaciones especializadas y unos equipamientos técnicos complejos, para la satisfacción del público familiar. Suelen incluir piscinas de agua caliente y fría, jacuzzis, hidromasaje, diversos tipos de saunas, zonas de relajación y masaje, zonas de descanso y de nado… A menudo, estas instalaciones se complementan con toboganes, cascadas, olas, puentes, grutas, rocas artificiales, islas… O disponen de zonas infantiles con juegos interactivos y surtidores de agua. Además de todo lo anterior, los parques termales disponen también de áreas de restauración, bares en el agua y, necesariamente, de vestuarios, taquillas, recepción…

Pues bien, el principio que rige nuestro trabajo de diseño y construcción de estos parques termales es el de la integración armoniosa, práctica y eficiente de todos sus componentes. Esto significa que debemos tener en cuenta, primero y principalmente, la comodidad y satisfacción en el lado de los visitantes, es decir, el público familiar. Pero también, del lado de los promotores e inversores, la eficiencia en su operación.

Satisfacción y comodidad de las familias

Para cumplir el primer objetivo, el de la facilidad de tránsito y la satisfacción de las familias que acuden al parque termal a disfrutar de un gran día, hemos elaborado previamente una combinación adecuada de atracciones. Tanto los niños, los adolescentes y los jóvenes, como los adultos, deben encontrar su itinerario de salud, bienestar y, por qué no, diversión. Sin embargo, para que a lo largo de esos itinerarios no se produzcan conflictos ni se molesten los visitantes entre sí, ubicamos con precisión meticulosa dichas atracciones en el espacio del parque termal y estudiamos en profundidad la circulación de personas en él. Además, consideramos la provisión de zonas de descanso e instalaciones adecuadas de servicio en el conjunto. Y la necesaria comunicación visual entre los más pequeños y sus progenitores. Y, al mismo tiempo, prevemos una señalización clara, visible y perfectamente comprensible.

Confianza en el proyecto y eficiencia en su operación

Nuestro segundo gran objetivo es doble: la eficiencia en la operación del parque termal y, consecuentemente, la tranquilidad de los promotores e inversores y su confianza en el proyecto. En primer lugar, para garantizar la tranquilidad y la confianza del promotor que hace posible el parque termal, colaboramos estrechamente con él desde las primeras fases del diseño conceptual, en continuas rondas de consulta y reuniones. Es en ese momento cuando, tanto nuestro Departamento de Diseño como de Arquitectura, orientan su trabajo hacia la elaboración de un proyecto cuya operación permita el máximo aprovechamiento de recursos y el mínimo consumo energético (además del objetivo anterior, del que ya hemos hablado).

Para ello, entre otras cuestiones, se llevan a cabo cálculos milimétricos de las capacidades necesarias de los equipos técnicos, se seleccionan los más eficientes, se centralizan y se ubican de forma racional, etc. Por fin, una vez determinado el diseño del proyecto, realizamos para el promotor o los promotores una estimación inicial de la inversión y, posteriormente, un estudio de mercado y de viabilidad. Es entonces el momento de que dichos promotores e inversores tomen decisiones con conocimiento de causa y con total confianza y tranquilidad. Esas decisiones pueden referirse, por ejemplo, a lo oportuno de utilizar agua natural o agua acondicionada, a la necesidad de una operación tanto de noche como de día, a que se establezca un parque termal cubierto o al aire libre, o a que su operación se prevea durante los 365 días del año.

Por último, y una vez tomadas las decisiones oportunas por parte de los promotores, Amusement Logic se ocupa de todo lo demás, desde la construcción, la dirección de obras y el suministro e instalación de equipamientos, hasta la formación del personal y la puesta en marcha. Así se evitan posibles problemas y se centraliza todo el proceso, lo que en sí ya es una forma de eficiencia.