Estamos trabajando en el proyecto de arquitectura de una cubierta de parque acuático destinada una vez más a convertirse en un hito arquitectónico en su entorno. Los monumentos arquitectónicos de hoy en día no están destinados sólo para ser admirados desde lejos. Nuestro objetivo no es únicamente crear un edificio emblemático más, reconocible a larga distancia: se trata también de dar forma y articular el espacio público, de ofrecer al ciudadano la posibilidad de evaluar y disfrutar diferentes puntos de vista, distintos variantes de diseño.

Entendamos que nuestros edificios no están diseñados para ser vistos y admirados desde un único punto de vista, desde una sola dirección. En efecto, como una escultura, pueden conservar la capacidad de ser rodeados, de pasear a su alrededor y ofrecer al ciudadano alternativas de diseño, diferentes formas que se unifican bajo un solo criterio formal pero que ofrecen distintos puntos de vista y distintas variantes de diseño.

Dado que un edificio de estas características es inherentemente multidimensional, nuestro trabajo como arquitectos se ocupa también de analizar el proyecto en términos de obtención de escenas, lugares próximos y lejanos desde los que contemplar, vivir y habitar un proyecto.

Hablando técnicamente se trata de un una piel del edificio helicoidal que emerge a lo largo del Plano Geometral proyectando diferentes alzados en su recorrido. El diseño aprovecha la línea principal del edificio en forma de onda para extruir el plano que vertebra todo el proyecto, al que acompaña una serie de lamas que mantienen la misma dirección a lo largo del eje longitudinal.