Las diferentes fisuras que se producen en las estructuras de hormigón determinan la salud y la seguridad de la construcción de la que forman parte. Los siguientes son los distintos tipos de fisuras, según sus dimensiones y sus causas:

–Microfisuras: de un espesor menor de 0,05 mm y no visibles a simple vista; aunque generalmente no son problemáticas, en ambientes agresivos estas fisuras afectan a las propiedades del material y contribuyen a la corrosión de sus armaduras.

–Fisuras: de una anchura entre 0,1 y 0,2 mm, son perceptibles visualmente y pueden indicar patologías más graves que las que indican las microfisuras. En ambientes corrosivos, estas fisuras afectarán a la durabilidad de la estructura, aunque por lo general no se consideran peligrosas.

–Macrofisuras: con más de 0,2 mm de ancho, representan un riesgo para la estabilidad de la estructura de hormigón y requieren evaluación para determinar la necesidad de intervención y subsanación.

Además, las fisuras en construcción se clasifican según sus causas:

-Fisuras por retracción: habitualmente superficiales, se producen debido a la contracción del hormigón durante el proceso de fraguado y endurecimiento.

-Fisuras por sobrecarga: son provocadas por cargas que superan la capacidad de resistencia del hormigón, especialmente en zonas sometidas a ellas de forma intensiva, concentradas o repetitivas.

-Fisuras por asentamiento diferencial: se producen cuando el terreno de apoyo de la estructura de hormigón no es uniforme, sino que se ve sometida a desplazamientos diferenciales.

-Fisuras por temperatura: resultan de las variaciones térmicas que experimenta el hormigón y, por tanto, de sus expansiones y contracciones recurrentes. Para prevenirlas se aconseja el control de la temperatura durante la fase de fraguado y la implementación de juntas de dilatación.