¿Quién no ha visto en alguna escena de película a personas desaparecer entre arenas movedizas? ¿Creéis que es cierto, que pueden darse casos así en la realidad? Bueno, desde un punto de vista geotécnico, existe al menos una explicación científica que nos ayuda a entender por qué, cuándo y cómo se producen las arenas movedizas. Pero seguro que no es necesario que os digamos que no todo lo que vemos en el cine es cierto.
En primer lugar, es importante aclarar que el fenómeno de las arenas movedizas se produce en lugares donde se encuentran grandes cantidades de agua combinadas con arenas finas, arcillas o limos. Esta combinación forma un fluido con un comportamiento muy particular, es decir, unas características físicas que llamamos «no newtonianas». ¿Qué quiere decir esto? Pues que el material resultante de la combinación del agua y las arenas finas, las arcillas o los limos es blando si se le aplica una fuerza suave, pero muy duro si la fuerza es rápida y dinámica.
En la práctica, esto significa que podríamos atravesar unas arenas movedizas a la carrera, con pisadas rápidas y fuertes de forma que no tengan tiempo para reaccionar. Sin embargo, si pisamos lentamente, el agua se separa de la arena, se reacomoda el suelo y eso facilita que nos hundamos. A pesar de lo que nos han hecho creer las películas, no acabaríamos en el centro de la Tierra. En realidad, la densidad del cuerpo humano haría que nos hundiéramos hasta poco más arriba de la cintura.
Un fenómeno similar, que puede «licuar» el terreno, es la subpresión. Este se produce cuando el agua fluye de manera ascendente desde un nivel inferior al nivel freático. Sucede, por ejemplo, en la construcción de edificios con excavaciones suficientemente profundas para llegar bajo el nivel freático. Si se emplean pantallas estancas laterales y se retira el suelo, el agua, confinada entre las paredes, buscará una salida. Su camino más fácil será ascender desde el fondo de la excavación hacia la zona excavada, donde la presión del terreno ha desaparecido.
En terrenos arenosos, este flujo ascendente puede crear una zona que se comporta de manera similar a unas arenas movedizas. Sin embargo, no hay motivo para preocuparse. Este fenómeno se previene fácilmente con la construcción de un pozo de recogida de agua que evite cualquier incidente digno de una película.
Por Jorge Laguna, jefe de la sección de estructuras del Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic