Ya os dimos cuenta en un artículo anterior de los conceptos y principios fundamentales de la parte 1 de la norma ISO 19650, o marco conceptual para que las organizaciones adopten la metodología BIM (siglas en inglés para Modelado de la Información para la Construcción). Ahora continuamos nuestro análisis con la parte 2 de la norma, la cual se ocupa específicamente de la fase de desarrollo de los activos, es decir, su diseño y su construcción.

La ISO 19650-2 define los requisitos y procesos concretos para la gestión de la información durante esta fase de entrega, con el objetivo fundamental de garantizar que la información generada sea fiable, esté bien estructurada y sea directamente útil para las etapas posteriores de operación y mantenimiento.

Así pues, la producción de información durante el diseño y la construcción debe responder, según la norma ISO 19650-2, a dos conjuntos de requisitos clave: los EIR (o Requisitos de Intercambio de Información, en inglés), que determina el cliente para el proyecto; y los AIR (en inglés, Requisitos de Información sobre el Activo), orientados a la operación futura del proyecto. Estos requisitos determinan de manera precisa qué información se necesita, cuándo, quién la genera y en qué formato debe entregarse.

Para implementar estos principios, la norma establece el uso obligatorio de lo que se conoce como Entorno Común de Datos, esto es, una plataforma para gestionar versiones, responsabilidades y aprobaciones. Por lo demás, la ISO 19650-2 estructura el flujo de información en un ciclo claro de estados: como el «trabajo en curso», o el estatus de «compartido» para revisiones interdisciplinares, o el «publicado» una vez verificado y autorizado, o el definitivo «archivado» como registro histórico.

La ISO 19650-2 establece con claridad, asimismo, los roles y las responsabilidades. Desde el «Appointing Party» (es decir, la «parte designante», o cliente), que define los objetivos y requisitos BIM, a las «Appointed Parties» («partes designadas», o subcontratistas y consultores), que generan los modelos.

Pero antes de comenzar a producir información, la norma exige una meticulosa planificación, que se materializa en documentos clave como el Plan de Ejecución BIM, la Matriz de Responsabilidades y los Planes de Entrega, que definen con precisión los entregables, los niveles de información necesarios y los plazos.

El resultado final debe ser un «Asset Information Model» (o Modelo de Información del Activo) que reúna todos los modelos «as-built» (tal como se construyó), la documentación técnica y los datos de los equipos en formatos interoperables (como IFC o COBie), y que cumpla con los AIR definidos inicialmente para el cliente.

La correcta aplicación de la ISO 19650-2 reporta beneficios tangibles: reduce la repetición de trabajos y los conflictos en obra, mejora la coordinación entre disciplinas, asegura entregables consistentes y auditables, facilita una transición mucho más fluida y eficiente a la fase de operación del activo, y reduce drásticamente la pérdida de información.

Por Eduardo Hernández García, modelador estructural sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic

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