El sector del camping acumula desde hace una década como mínimo, mucho antes de la crisis sanitaria de 2019 y 2020, unos excelentes datos económicos y de afluencia de campistas. Y después de la pandemia, la tendencia no solo se mantiene, sino que parece profundizarse. Ante este hecho, y según recientes informaciones lanzadas desde los medios especializados, los inversores inmobiliarios no permanecen indiferentes. Estos observan el negocio como una buena opción para poner sus capitales a rendimiento. Pero antes de analizar qué ventajas encuentran dichos inversores en la explotación de los campings, veamos algunos datos que, aunque corresponden a una perspectiva regional, sirven muy bien para hacerse una idea de la marcha de esta parte en particular de la industria del ocio y el turismo.

Según Statista, proveedor europeo de datos de mercado e información sobre los consumidores, los alrededor de 28.600 campings europeos recibieron en 2022 a 25,68 millones de campistas. En cambio, en 2023 esta institución proyecta que los visitantes sean 29,34 millones, lo que supone un crecimiento del 14,2%. Y prevé un crecimiento anual compuesto de en torno al 3,18% durante los siguientes cuatro años, hasta 2027, cuando reciban a 33,25 millones de huéspedes.

Para conocer los datos de Norteamérica, el mayor mercado mundial del sector del camping, recurrimos al último informe disponible de KOA (siglas para Kampgrounds [sic] of America, el mayor sistema de campings de propiedad privada del mundo, con 500 de ellos entre Estados Unidos y Canadá). Sin embargo, la metodología de los estudios que publica KOA es distinta a la de otras fuentes y, en este caso, el informe consultado se refiere a «hogares campistas», o también «hogares que acampan», y no a campistas o huéspedes individuales. Así pues, según su último informe, entre 2014 y 2021, el número de hogares con campistas creció a una tasa compuesta anual de 3,96%, de unos 71,5 millones el primer año, a los 93,8 millones en el último.

Respecto a los ingresos de los campings europeos, volvemos a Statista para comprobar que se espera que alcancen en Europa los €4.980 millones en 2023, lo que supone un crecimiento del 18,7% respecto del año previo. Y el organismo proyecta que el volumen del mercado alcance en 2027 los €5.690 millones, con una tasa compuesta de crecimiento anual de 3,39%. En cambio, en la región de las Américas, Statista prevé un crecimiento del 9% en 2023, hasta los €22.830 millones, y un crecimiento anual compuesto para los siguientes años del 2,57%, hasta los €25.270 millones en 2027. Baste con añadir que, según las fuentes consultadas, los rendimientos que ofrece un camping bien gestionado, con una optimización adecuada de la inversión y de los costes operativos, pueden llegar al 12%, comparables a los del segmento hotelero.

Una vez comprobados los datos, podemos vislumbrar un futuro halagüeño para el tipo de explotación que representan los campings, y comprendemos el creciente interés de los inversores inmobiliarios en ellos. Sin embargo, estos promotores valoran también otro tipo de factores, no tanto cuantitativos como cualitativos. Efectivamente, los campings son alternativas de alojamiento más ecológicas y sostenibles, y menos invasivas que otras opciones. Además, ahora ofrecen a menudo el valor añadido de un nivel de confort y comodidad del que carecían unas décadas atrás. A su oferta, mucho más diversificada, además de las áreas de glamping, se suman ahora los spas, las piscinas, los toboganes acuáticos, escenarios para espectáculos, actividades para niños y al aire libre, gimnasios, yoga, kayaking, golf…