En la cultura oriental, el bambú es símbolo de vitalidad, fortaleza y modestia. Es una planta con tallos huecos de estructura fibrosa y resistente, de gran flexibilidad y durabilidad. Por todo lo anterior, el bambú es protagonista de diversas expresiones artísticas, arquitectónicas, artesanales e incluso literarias, en las que representa la longevidad, la perseverancia y el deseo de paz y prosperidad.

Además de su simbolismo, las excelentes propiedades físicas de sus tallos cilíndricos, cuya masa se concentra en la parte exterior, hacen del bambú un material tan resistente como versátil. Por ese motivo, se recurre a él a menudo como material de construcción, y no solo en el ámbito de la cultura oriental. Sin embargo, más allá de su uso como elemento material y estructural en construcción, sus formas han inspirado también el diseño de rascacielos emblemáticos.

En el perfil urbano de Taipéi, Taiwán, destacan dos rascacielos que evocan las formas del bambú. Por un lado, el Taipei 101, un edificio de 508 metros de altura con fachada de muro cortina de vidrio teñido de verde. Su forma, con la parte superior reducida y compuesta por 8 segmentos trapezoidales y un efecto visual de superposición, se asemeja a la línea de crecimiento natural de los racimos de bambú.