Este diseño del equipo correspondiente de Amusement Logic hace de la arquitectura una experiencia sensorial. Superficies translúcidas, formas fluidas y luces atmosféricas evocan un paisaje onírico, un lugar donde la naturaleza es la protagonista en la forma del arte de la representación del paisaje. Las curvas, los reflejos y las sombras producen un entorno que invita al silencio, a la contemplación, a la serenidad, incluso al asombro.
Inspirado en las ilustraciones orientales de paisaje y en la técnica de la acuarela, el espacio juega con la transparencia y la profundidad, en una clara reinterpretación de la relación entre interior y exterior, de manera que el interior se hace exterior, y el exterior, interior.
El visitante no transita el interior de un edificio, sino un universo de calma, de suspensión del espíritu, en el que el agua, la luz y hasta el tiempo parecen haberse solidificado en una suerte de lentitud. Ese es, en este caso, el trabajo del Departamento de Diseño de Amusement Logic, la concepción de una arquitectura que trasciende su función para convertirse literalmente en una experiencia poética.
Por Belén Jiménez, proyectista en el Dpto. de Diseño de Amusement Logic




