Los museos son espacios vivos y su diseño sumerge literalmente a los visitantes y curiosos en una experiencia didáctica transformadora. Esa es la idea de la que partimos en el Departamento de Diseño de Amusement Logic para determinar cómo debe ser el diseño de un museo para niños, escolares y grupos. Desde ese punto de partida, consideramos que más que una simple colección de objetos en vitrinas, un museo debe ser un universo sensorial que despierte la curiosidad de los visitantes.

Los recorridos interactivos, en los que los niños exploran los contenidos a través del movimiento, la experimentación y la inmersión, se ajustan a nuestro concepto de diseño. Proyecciones, instalaciones táctiles, recursos audiovisuales y atracciones similares convierten la visita al museo en una aventura. La distribución espacial y la previsión de circulaciones deben facilitar precisamente tanto la exploración libre como la visita guiada. Al mismo tiempo, debemos realizar un diseño optimizado para los tiempos de atención que que podemos esperar de los más pequeños.

Por lo demás, los contenidos de cada exposición, de cada sala, deben poder actualizarse y adaptarse a los cambios con facilidad, de manera que las exposiciones evolucionen y se renueven. Esta flexibilidad permite que el museo se ajuste a las necesidades del público y a los avances en pedagogía y divulgación, o, dicho de otra forma, cumpla cabalmente con su función de puente entre el entretenimiento y el conocimiento.

Por Rebeca Pérez, diseñadora en el Dpto. de Diseño de Amusement Logic

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