El árbol representa el refugio bajo el cual tuvieron lugar las reuniones más primitivas en la historia de la especie humana. Esta idea es la que nos ha inspirado para realizar el diseño de un espacio cubierto por delicados y hermosos pétalos de flor. Así, de forma similar a como lo hicieran los árboles, creamos un lugar de reunión y refugio para los humanos de hoy.
Los nueve pétalos se arquean sobre una superficie que queda ahora en sombra, protegida de la radiación solar y el calor. Ofrece así un escenario para la conversación y la interacción de los ciudadanos. El diseño establece que esos pétalos aumenten de tamaño a medida que se despliegan alrededor del tallo central.
Al mismo tiempo, el diseño produce un espacio permeable entre los pétalos, que se abren como puertas para dar la bienvenida a los visitantes. Los pétalos, que brillan bajo el sol durante el día, se iluminan por la noche mediante luces sobre el tallo central, en una permanente invitación al cobijo bajo su estructura. Con la añadidura del movimiento de los pétalos, se multiplican las combinaciones de un espacio que se adapta así a muy variadas circunstancias y diferentes usos.