La relación entre arquitectura y diseño estructural es esencial para lograr proyectos funcionales, seguros y estéticamente valiosos. Mientras que los arquitectos definen el propósito y la forma o, en otras palabras, la experiencia espacial que proporciona a sus usuarios un edificio, los ingenieros estructurales, en cambio, determinan el soporte necesario para materializar en él dicho propósito y dicha forma. En consecuencia, una arquitectura innovadora y audaz influirá en el diseño estructural y, a su vez, una estructura permitirá soluciones arquitectónicas innovadoras y audaces.

En esta interdependencia entre arquitectura y estructura, son críticos aspectos como la estabilidad del edificio, la resistencia a las cargas y las fuerzas externas, la eficiencia estructural y su sostenibilidad. Además, para garantizar la viabilidad del proyecto, serán determinantes también las restricciones presupuestarias y los materiales disponibles.

Algunos proyectos ilustran notablemente la integración de la arquitectura con el diseño estructural. El Museo Guggenheim en la ciudad de Bilbao, España, con diseño de Frank Gehry, es uno de esos proyectos emblemáticos. En él se combina una arquitectura audaz con una compleja estructura de titanio y acero que se adapta a la forma sinuosa del edificio. Otro ejemplo es el Estadio Olímpico de Pekín, en China, conocido como «Nido de Pájaro». Una red estructural de acero que sirve al mismo tiempo de soporte y de fachada determina su diseño y viceversa, en una fusión ejemplar de estructura y arquitectura.