Estas esculturas que protagonizan las fuentes florales, diseñadas para embellecer espacios urbanos, son una fusión entre naturaleza y entorno urbano. Confeccionadas principalmente con metales como bronce y aluminio y un acabado dorado, se trata de obras escultóricas que animan con elegancia y esplendor las plazas de las ciudades.

Las hojas y las flores se combinan para crear representaciones artísticas de las diversas etapas de su ciclo de vida. Así transmiten su belleza y, de efímera la transforman en permanente, como una segunda naturaleza en el bullicio de la ciudad.

La inclusión de luces en estas fuentes esculturales agrega una dimensión adicional a la experiencia visual. Durante la noche, estos elementos luminescentes realzan los detalles de la fuente, con los cuales el paisaje urbano se llena de un espectáculo de luces y sombras.

El aluminio se utiliza como material principal para la estructura, lo que permite una construcción duradera y resistente a la intemperie. Estas obras de arte, puntos de referencia en el tejido urbano, invitan a la contemplación y a la reflexión en medio del ajetreo y el ritmo de la vida cotidiana.