Debido a la variedad de programas informáticos especializados en el desarrollo de proyectos con metodología BIM, es muchas veces imposible intercambiar información nativa entre usuarios que utilizan diferentes programas BIM.

Para solucionar este problema, contamos con el versátil formato IFC. Este formato es lo más parecido al conocido PDF de archivo de lectura, pero en el entorno BIM. Su objetivo principal es el de favorecer la interoperabilidad entre los distintos programas de modelado BIM que usan los agentes intervinientes en un proyecto y que bien pueden trabajar desde diferentes partes del mundo.

Además, el formato IFC cuenta con el apoyo de más de un centenar de aplicaciones informáticas de ámbito mundial. Su uso es gratuito y permite vincular con facilidad la información alfanumérica del proyecto de construcción (propiedades, cantidades, clasificaciones, etc.). Con él se agiliza el trabajo, gracias a que toda la información compartida del objeto en construcción es consistente y se define una única vez. Otro de sus beneficios es que permite la realización de mediciones y la detección de interferencias con programas específicos como Navisworks o Solibri.

Con la ayuda de los múltiples visores existentes en el mercado, muchos de ellos gratuitos, cualquier agente involucrado en el proyecto de construcción puede consultar y revisar sus parámetros de manera tridimensional, sin necesidad de licencias informáticas especiales.

A pesar de que el extenso uso de una misma plataforma de programas de modelado puede eclipsar su uso, el formato IFC mantiene un excelente potencial de datos. Al fin y al cabo, supone una gran ventaja para las empresas que intervienen, el hecho de que pueda consultarse siempre, de manera flexible en el lugar y en el tiempo, un archivo IFC.

Por David González Molina, gestor BIM en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic