Un río lento es básicamente una piscina con forma de canal en la que fluye suavemente el agua. Esa corriente arrastra tranquila y relajadamente a visitantes y turistas sobre flotadores. Se trata de una atracción acuática que llama a públicos de todas las edades, para los que tiene una gran capacidad, por cierto, y en la que, por tanto, no deben guardar colas. Sin duda, un parque acuático no merece tal nombre si no cuenta con una atracción emblemática como el río lento.

El trazado de un río lento se determina de entre infinitas posibilidades en la etapa del diseño de parques acuáticos, de forma que se ajusta y se integra armoniosamente con el resto de atracciones acuáticas. Al mismo tiempo, pueden agregársele diversos elementos accesorios, como cascadas, surtidores de agua, máquinas de olas, etc., los cuales enriquecen la experiencia de los visitantes y los turistas que lo disfrutan.

El paseo acuático en el río lento permite a toda la familia viajar a través del parque, mientras se deleita con diferentes experiencias a medida que avanza en su recorrido. Por ejemplo, el viaje se hace un poco más excitante si agregamos generadores de olas en algunos de sus tramos.

Por último, el diseño de esta atracción acuática debe tener en consideración los sistemas de movimiento de aguas que generan el flujo constante. Tanto la ubicación de las estaciones de impulsión, como el diseño geométrico del vaso y la ingeniería, garantizarán la máxima eficiencia energética. Amusement Logic ha desarrollado precisamente unos sistemas de movimiento de agua sin par en el mercado, con amplias ventajas respecto a su operación, mantenimiento y ahorro energético.

Por Pablo Vidal, arquitecto sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic