Published On: 02.01.2020|Categories: Artículos, Noticias de la Empresa|Tags: , |

La tarea de diseñar un parque acuático es compleja y apasionante a partes iguales, una labor a la que estamos acostumbrados en Amusement Logic. Pero, ¿cuál es el proceso para llegar a un diseño que satisfaga los deseos del cliente y supere al mismo tiempo los condicionantes a los que siempre nos enfrentamos con él? En todo caso, nuestros diseños buscan siempre un equilibrio entre lo funcional, la estética, el coste económico racional, la respuesta social y la rentabilidad económica.

¿Cuánto queremos que cueste? Y, ¿con qué espacio contamos para realizarlo? Estas son las dos primeras cuestiones que surgen a la hora de materializar en un diseño las ideas y expectativas del cliente. Así, solo después de responder a ellas abordamos el diseño conceptual de un parque acuático. Para ello, elaboramos un plan financiero general y estudiamos el terreno o la localización para situarlo y construirlo. Una vez despejadas esas dos cuestiones, nos encontramos en condiciones de crear el diseño conceptual del proyecto. Implantación, materiales de construcción, distribuciones, circulación, zonificaciones, equipamientos, seguridad activa y pasiva, operatividad, tematización, escenografía, paisajismo… Son todos elementos decisivos que estudiamos al detalle y que incorporamos al diseño conceptual del parque, después de conocer el «cuánto» y el «dónde», para resolver definitivamente aquel equilibrio fundamental.

Ahora, tomemos el ejemplo del Parque Acuático Dana Bay, en Arabia Saudí, que construimos actualmente según el diseño aprobado por nuestro cliente. El tema elegido para este parque fue la arquitectura de influencia árabe presente en Andalucía, sur de España. ¿Por qué? Porque era un tema nuevo y único para el entorno en el que debía ubicarse el parque, es decir, Oriente Medio. Al mismo tiempo, con su toque mediterráneo, despertaba sensación de vacaciones y de disfrute del ocio. Por lo demás, se trataba de un tipo de tematización de fácil mantenimiento, cuyas estructuras temáticas eran edificios funcionales y no meramente decorativos, lo cual contribuía a reducir los costes de ejecución del proyecto.

Por otro lado, era necesario desplegar una buen abanico de atracciones para todas las edades, tanto clásicas como novedosas, pues el público potencial del parque lo representaba toda la familia. Además, era imperativo incluirlas en un espacio reducido, por lo que pensamos en una distribución que permitiera su máxima optimización. Aparte de los restaurantes y las zonas de sombra y de descanso, establecimos atracciones e instalaciones para un rango de edad de 1 a 99 años: una piscina infantil para niños de entre 1 y 4 años y un área de juego idónea para niños de entre 4 y 12 años, ambas tematizadas, con toboganes y elementos interactivos, cubo pivotante, etc.; una piscina de olas, también tematizada e integrada en el entorno mediterráneo; un río lento suficientemente corto para reducir costes, pero suficientemente largo para divertir a los usuarios, y que simula atravesar el ambiente pintoresco del pueblo sureño; un simulador de surf y 4 líneas de toboganes de carreras que se suman a dos Hidrotubos, un Tornado, dos Body Slides y un Space Bowl, y que se inician en una única torre de salida tematizada.

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