Gracias a los modelos BIM (Building Information Modelling) en arquitectura, podemos examinar los espacios y realizar un análisis energético completo del edificio. Con este análisis obtenemos automáticamente parámetros como el volumen de los recintos, el tipo de espacio en relación con su uso o la ocupación estimada de personas. Con estos datos analíticos de la arquitectura del proyecto, establecemos una división por zonas con similar carga térmica, y aplicamos valores estimados de cálculo lumínico, cargas necesarias de HVAC (siglas en inglés para calefacción, ventilación y aire acondicionado), necesidades de aporte de aire exterior, etc.

Toda esta información técnica que incorporamos al modelo arquitectónico del proyecto nos ayuda a centralizar y realizar los cálculos MEP (siglas en inglés para mecánica, electricidad y fontanería), y contribuye a la gestión de la instalación. Además, en caso necesario, podemos exportar todos esos valores a diversos programas informáticos especializados que establecen crecientemente sus procesos de trabajo, en el ámbito de la arquitectura, en el entorno BIM.

Por David González Molina, gestor BIM en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic