Published On: 01.03.2023|Categories: Artículos|Tags: |

Hemos disfrutado de una charla con este profesional del sector del camping en Serbia. Él ha empeñado buena parte de su vida en la defensa y promoción de la modalidad de turismo, en un país que pasó por una guerra relativamente reciente y que es todavía un gran desconocido para la mayoría de turistas. Formado en economía y turismo, entre otras disciplinas como veréis, trabajó para la Organización Turística de Belgrado y fundó la Asociación de Campings de Serbia, de la que es su presidente. Os animamos a descubrir los entresijos de uno de los aspectos más desconocidos del país.

Amusement Logic: Tiene una amplia formación que empezó por Economía, pasó por Turismo y llegó a la Resolución de Conflictos, Mediación y Geopolítica. ¿Podría explicarnos por qué siguió en sus estudios este interesante camino?

Vladimir Djumic: No es fácil explicarlo en pocas palabras. Cuando era adolescente, vivíamos en Šibenik, Croacia, una pequeña y bonita ciudad en la costa. La vida en Šibenik era muy cómoda. Siempre me orienté hacia el turismo, ya desde la escuela primaria. Era remero, competía y me encantaba que viajáramos todo el tiempo. Me parecía emocionante y divertido organizar viajes. Sin embargo, mis padres pensaban que la escuela de turismo era demasiado «suave» para mis capacidades, así que me convencieron para que me matriculara en una escuela de economía, mucho más intensa.

Entonces, en mitad del bachillerato, pasó todo. La infancia se interrumpió y nos quedamos sin nada; dejamos Šibenik y me separé de mis amigos. Todo fue muy complicado y ninguno de los que teníamos 16 años en aquel momento tenía ni idea de lo que ocurría realmente. Tanto odio; desde todos los lados y todo a la vez. El horror. Continué mis estudios en Belgrado, en la III Escuela de Economía. Los años noventa acababan de empezar y estaba claro que no iban a traer nada bueno. Sin embargo, mi gran sensibilidad por los conflictos, por la paz, me llevó en la dirección del movimiento antibelicista, que representaba la idea «paz, hermano, paz»: aquella fue la forma en que me opuse al odio y a la locura belicista que gobernaban la antigua Yugoslavia. Esa idea antibelicista me llevó más tarde a la Resolución de Conflictos, Mediación y Geopolítica. Desde muy joven me sentí atraído tanto por ayudar a los demás mediante el trabajo de impacto social como por alimentar mis ambiciones empresariales. Así que, al final, la respuesta a la pregunta de «¿por qué?» está muy clara: porque la vida me llevó en esa dirección.

A.L.: No es de extrañar que usted haya tenido una carrera profesional tan variada. Empecemos por el principio, y el principio es el llamado Movimiento Urbano de los Balcanes. ¿Qué es y cómo se involucró en él?

V.D.: El Movimiento Urbano de los Balcanes es una ONG (en serbio, Balkansko Udruženje Mladih, BUM). Involucrarme en ella fue mi idea de cómo conectar con todos los amigos que se mudaron a las antiguas repúblicas de Yugoslavia, de cómo ignorar el régimen de visados y de cómo viajar lo más a menudo posible por Europa con la menor cantidad de papeles y burocracia. A través del BUM (del que fui presidente durante 11 años), creé muchos proyectos con la intención de resolver conflictos en comunidades afectadas por las guerras, resolver los prejuicios que prevalecían entre los pueblos de la antigua República Federativa Socialista de Yugoslavia, desmitificar sectas y exponer el tema de la guerra que se nos impuso; porque nosotros, como generación, no fuimos protagonistas de ella, fuimos sus víctimas. Esa fue mi manera de salir de esa vorágine y tratar de hacer algo útil, para mí y para mis amigos. A través del BUM, ampliamos la red de personas con ideas afines en todo el sureste de Europa. Conectamos desde Eslovenia hasta Grecia. Formamos parte de IANSA (Red Internacional de Acción contra las Armas Ligeras) y de la campaña mundial «Un millón de rostros». BUM todavía implementa proyectos hoy en día.

A.L.: Uno de sus primeros trabajos fue como director de marketing en la Organización Turística de Belgrado. ¿Cómo llegó a él, cuál era su misión y cuál el objetivo de la organización?

V.D.: En realidad no fue uno de mis primeros trabajos. Pero consideré que no era necesario mencionarlo en las biografías públicas. Empecé a trabajar como agente de carga en una empresa transitaria del aeropuerto de Belgrado en 1994, justo después de terminar el servicio militar. Fui el agente de carga más joven de la antigua Yugoslavia. Era bueno, muy bueno. Ese fue mi primer trabajo. Lo dejé al cabo de 4 años para abrir mi propia agencia de viajes. Sin embargo, el bombardeo de Serbia me impidió seguir avanzando y nos vimos obligados a parar y abandonar ese trabajo, porque en 1999 ni siquiera existía la temporada turística. Eso me costó un bonito apartamento en Belgrado. Pero quise ser justo, pagué los sueldos a los trabajadores, nos despedimos, pagué todos los gastos generales y di de baja el local comercial. Llené el depósito de mi coche, un Volkswagen escarabajo, y eso fue todo.

El trabajo de director de marketing en la Organización Turística de Belgrado (TOB en inglés) fue interesante. Me lo recomendó un amigo. Colaboré con diseñadores y creamos un gran material promocional para Belgrado en aquellos días. Nos entusiasmaba presentar nuestra ciudad de la manera adecuada. Me encargaba de las publicaciones impresas y de las presentaciones en ferias. Creo que en aquella época aumenté considerablemente el nivel de calidad del material promocional porque al mismo tiempo tenía mi propia empresa de diseño, WebHouse, y ya tenía mucha experiencia y conocimientos. La misión principal de TOB era la promoción de la ciudad de Belgrado como destino turístico. Hoy se está convirtiendo en eso, con todas las innovaciones que ha recibido en los últimos años. Era un trabajo dinámico, estresante, pero también muy interesante. Lo dejé bastante pronto porque no me gustaba que, de alguna manera, siempre fuéramos rehenes del trasfondo político y de la conexión de TOB con la Asamblea Municipal, que determinaba el presupuesto de todo lo que hacíamos. No creía que mereciera la pena gastar energía en ello. Tenía donde gastarla, de forma más inteligente.

A.L.: Poco después se convirtió en presidente de la Asociación de Campings de Serbia. ¿En qué consiste esta asociación y cómo llegó a ser su Presidente?

V.D.: Uno de los proyectos de BUM (2004), «Eurocamps en Serbia», estaba orientado a demostrar que existe un gran potencial para el desarrollo del turismo de camping en Serbia. Era mi tema favorito. Gracias a ese proyecto, me di cuenta de que había llegado el momento de crear la Asociación de Campings de Serbia (CAS por sus siglas en inglés). Así fue como me convertí en presidente y sigo siéndolo hoy. La idea era intentar salvar los pocos campings que sobrevivieron a los años noventa y fomentar la creación de otros nuevos. Y que además se construyeran sobre principios ecológicos, en lugares hermosos y según un concepto de turismo sostenible que ayude a la prosperidad económica de toda la pequeña comunidad rural en la que se encuentran. Mi idea era que los campings de Serbia se desarrollaran en pueblos, en localidades atractivas, en hogares rurales vivos. Hoy sigo defendiendo la misma idea. El camping no es una industria en Serbia y espero que nunca llegue a serlo. La acampada en Serbia es una escapada perfecta para quienes buscan un respiro del caos de la vida urbana. Ofrece la oportunidad de encontrar paz, comida sana, aire fresco y espacios tranquilos (libres de luz artificial y sonidos). Me dedico a proteger y promover estas zonas prístinas, y a desarrollar prácticas turísticas sostenibles que salvaguarden los recursos naturales para las generaciones futuras. A pesar de los retos que plantea un mundo materialista, en el que el beneficio suele primar sobre la conservación, persevero y encuentro la felicidad en mis esfuerzos.

A.L.: ¿Podría ofrecernos un panorama general de los campings en Serbia?

V.D.: Serbia es un destino de camping muy específico, precisamente por la configuración del terreno. Y, por supuesto, por la gente, que siempre os recibirá con brazos abiertos y corazón puro. Esencialmente, nuestros campings no pueden compararse con los europeos. En nuestros campamentos, lo más importante es el ambiente de acampada y estar al aire libre, donde la gente te recibe y te despide, un entorno en el que te sientes como una persona, no como un número. Se clasifican en campings, áreas de descanso para acampar y aparcamientos de acampada (camping-stop). Las capacidades son variadas, desde pequeños campamentos de entre 10 y 15 plazas, hasta 80 plazas de acampada en destinos turísticos más grandes. Los campings son en su mayoría estacionales (del 1 de abril al 1 de noviembre), y algunos de ellos son exclusivamente de tránsito.

En nuestros campings, el anfitrión sigue dando la bienvenida a todos sus huéspedes, les sirve café y brandy casero, y los huéspedes suelen quedarse más tiempo del previsto. Siempre. Puede que los campings serbios no tengan las últimas comodidades tecnológicas, pero lo que ofrecen es auténtico y sincero, y proporcionan a los huéspedes nuevas perspectivas y experiencias inolvidables. Aunque hay margen de mejora (eso es absolutamente cierto), en eso estamos trabajando, para que haya más, para que todos sean buenos, cada uno a su manera: se están haciendo esfuerzos para aumentar el número y la calidad de los campings del país.

A.L.:  En cuanto al público, ¿cuál es la proporción entre nacionales y turistas? ¿Y qué puede decirnos de su nivel socioeconómico?

V.D.: La situación cambia de un año a otro. Antes había muchos más extranjeros y hoy cada vez hay más campistas locales, que representan el 60%. Teniendo en cuenta el carácter de tránsito del país (ahí están los corredores europeos 7 y 10), los campistas extranjeros pasan por Serbia, sobre todo, de camino a destinos marítimos (Grecia, Croacia, Albania). Sin embargo, dado que Serbia ofrece numerosas bellezas y zonas naturales protegidas, dado que la hospitalidad está al más alto nivel que pueda imaginarse, dado que la comida sigue siendo excelente, los campistas optan cada vez más por visitar y explorar Serbia durante varios días. Un fantástico trasfondo cultural e histórico entrelazado con una hermosa naturaleza puede ser realmente un excelente producto turístico, que lo es, pero necesita una mejor promoción. Serbia se está convirtiendo en un popular destino de acampada, que atrae a visitantes de muy diversa índole, desde campistas preocupados por el presupuesto, con tiendas de campaña y bicicletas, hasta los que van en lujosos vehículos recreativos. El país atrae especialmente a personas concienciadas con el medio ambiente que aprecian la naturaleza y la vida al aire libre. Serbia puede consolidar aún más su reputación de paraíso para los amantes de la naturaleza, atrayendo a más de estos visitantes, tanto nacionales como extranjeros.

A.L.: ¿Qué papel otorgan los campings de su país a las instalaciones de ocio y entretenimiento?

V.D.: Por desgracia, el camping no está suficientemente desarrollado en Serbia y no representa una parte importante del turismo nacional. La vecina Croacia es campeona en turismo de camping, porque está adornada con una gran costa adriática y mil islas. Serbia es diferente, tiene turismo rural, montañas, oasis vírgenes, lagos, ríos, pueblos. Sí, tenemos eso y buena comida. Y buena gente, grandes anfitriones. Sin duda, eso es lo que tenemos. El número total de camas en la industria del camping es insignificante comparado con la industria hotelera. En Serbia sólo hay unas 15.000 plazas disponibles, pero la capacidad aumenta cada año. El glamping está cada vez más en el punto de mira. En Serbia hay campings en lugares atractivos, sobre todo junto a lagos o ríos, en tránsito. Por desgracia, solo hay un camping ecológico dentro de un Parque Nacional; se encuentra en Fruška Gora y forma parte de un proyecto que desarrollamos junto con una ONG holandesa. Otros Parques Nacionales no tienen campings. Sin embargo, existe un gran potencial para el desarrollo de nuevos campings en lugares deseables, ya que la demanda del mercado para acampar está en aumento, sobre todo a raíz de la pandemia del Covid-19.

A.L.: ¿Cómo suelen enfocar sus políticas de inversión? O, dicho de otro modo, ¿cómo gestionan la innovación y renovación de atracciones y servicios?

V.D.: Por desgracia, desde la crisis económica de 2008, los campings no han iniciado una fuerte trayectoria ascendente, simplemente porque la gente no se atreve a entrar en inversiones inciertas o que tiendan a tener un ritmo lento de retorno. Los campings son en su mayoría pequeños negocios familiares, lo que significa que los campistas de Europa están encantados porque en ellos viven una experiencia de acampada real y auténtica, tienen contacto directo con la naturaleza y están lejos de la contaminación acústica y lumínica. En otras palabras, los campings de Serbia son un verdadero paraíso para todos los amantes de la acampada y del tiempo en la naturaleza. Faltan innovaciones, pero los recursos se restauran poco a poco y se ponen al servicio de las necesidades del turismo. Es importante decir que Serbia aún está recuperándose de los bombardeos de 1999 y que ha sido este año precisamente cuando se ha reconstruido el último de los 107 puentes destruidos. Faltan infraestructuras, pero esto abre espacio para nuevas inversiones, sobre todo en el segmento de desarrollo de nuevos productos turísticos que conecten el senderismo, el ciclismo y el camping. Sin duda, necesitamos empresas responsables e inversiones de calidad. Y el punto clave es la educación de las nuevas generaciones, en la que hay que invertir siempre.

A.L.: ¿Qué estrategias de marketing siguen?

V.D.: En cuanto a las estrategias de marketing, la mayoría de los municipios (comunidades locales) toman medidas para crear estrategias de desarrollo del turismo que incluyen campañas de marketing. Ahora, por definición, estas estrategias incluyen actividades al aire libre y el turismo de acampada. No cabe duda de que se están siguiendo las estrategias nacionales de desarrollo sostenible y las estrategias europeas para el desarrollo y la promoción del ciclismo, que está directamente relacionado con el turismo de acampada. Este apasionante momento está aún por llegar en Serbia. Fue difícil para el país escuchar buenas noticias, todas ellas relacionadas con conflictos, asuntos de corrupción, etc. La campaña negativa de los medios de comunicación no favoreció en nada el desarrollo del país. Incluso hoy en día, nos vemos obligados a luchar contra ella. Por ejemplo, los campistas holandeses reciben información de que no es seguro pasar por Serbia, ya que el corredor de migrantes pasa por aquí. Esta temporada simplemente no tenemos campistas holandeses (sólo unos pocos que no escuchan a los medios de comunicación dominantes) y así sucesivamente. Entonces, es importante destacar que es necesario invertir mucha energía en cambiar la imagen que los ciudadanos de la UE tienen de Serbia.

A.L.: ¿Cómo ha evolucionado el sector en Serbia durante las últimas décadas?

V.D.: En la última década, como decía antes, la evolución del sector del camping ha sido lenta, principalmente porque los responsables de la toma de decisiones no conocen el producto y no son usuarios de este tipo de servicios. La Asociación de Campings de Serbia invirtió importantes recursos para dar a conocer a la opinión pública, así como a los responsables de la toma de decisiones, el sector del camping y las oportunidades que los recursos naturales de Serbia abren al desarrollo de esta industria turística. El comienzo de la pandemia de Covid-19 supuso un auténtico boom para el camping y un gran número de personas en Serbia decidieron por primera vez pasar sus vacaciones en un campamento, alojándose en una tienda de campaña, una caravana o algún otro tipo de alojamiento (bungalows, cabañas, casas móviles). Fue un excelente indicador de hasta dónde es realmente posible avanzar y qué se necesita para que este sector se desarrolle mejor y más rápido. Mis esfuerzos personales se dirigieron a la ordenación de este sector para evitar la devastación de los recursos naturales y permitir el desarrollo de un producto auténtico y, por su naturaleza, exclusivo y cercano a las personas que buscan cada vez más una escapada del entorno urbano y un espacio donde sea posible disfrutar de la naturaleza. Hice todo lo posible para acercar el turismo de camping al turismo rural, que se ha desarrollado en Serbia y que ofrece muchas oportunidades a múltiples niveles. La evolución del turismo de camping podría haber sido más seria, pero numerosas circunstancias globales impidieron su desarrollo. Hay que educar a los responsables de la toma de decisiones sobre el potencial de desarrollo del turismo de camping. Con una infraestructura adecuada y una legislación sencilla, este sector puede atraer en el futuro a empresarios serios y seguros de sí mismos.

A.L.: Por último, ¿cómo ve el futuro del sector en Serbia?

V.D.: Como responsable de la CAS desde 2005, creo que el futuro de este sector es prometedor, impulsado por la tendencia mundial hacia el ocio al aire libre. El glamping, en particular, ofrece un gran potencial para Serbia. Permite un acercamiento responsable y sostenible a la naturaleza, y proporciona un mayor nivel de confort a quienes buscan una experiencia de inmersión en ella. El crecimiento del turismo de acampada en Serbia dependerá de que se conozca su potencial como forma de alojamiento para viajeros nacionales y extranjeros. Soy optimista respecto al futuro y creo que el sector está preparado para crecer. Ya hemos avanzado educando al público y dando a conocer las oportunidades que ofrece el camping. Ahora es el momento de centrarnos en construir nuevos campings, responsables con el medio ambiente, y en seguir el modelo de los mejores de los países de la UE, que se integren en la naturaleza, se construyan en armonía con ella y utilicen soluciones sostenibles y naturales.

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