Las bombas hidráulicas trabajan tras bambalinas en los parques acuáticos y las atracciones, y son responsables de que el agua descienda por los toboganes, caiga por las cascadas o brote como por arte de magia de los juegos, los arcos y las figuras que divierten a los niños. En instalaciones convencionales, las bombas trabajan de forma contínua e impulsan el caudal máximo para el que han sido fabricadas. Son en este sentido un elemento rígido con dos opciones: encendido o apagado. Sin embargo, en las instalaciones que desarrollamos, fomentamos siempre la incorporación de un dispositivo que convierte al sistema de bombas hidráulicas de cualquier atracción en una instalación mucho más eficiente, flexible y duradera. Nos referimos a los variadores de velocidad.

La potencia de las bombas se calcula de forma precisa para que aporten el caudal hidráulico específico para el funcionamiento de las distintas atracciones acuáticas de cualquier proyecto. Sin embargo, las necesidades de caudal varían en redes hidráulicas complejas, bien por ajustes de punto de funcionamiento, poca afluencia de usuarios u otros muchos factores. En los sistemas rígidos tradicionales, el caudal se regula mecánicamente mediante la acción manual de válvulas de estrangulamiento. Este sistema genera una pérdida de carga ficticia mientras la bomba, es decir, su motor, funciona a su máxima potencia. En este caso, lo que hacemos es reducir el rendimiento de la bomba sin reducir ni la potencia ni el consumo eléctrico de su motor.

Un variador de velocidad, por el contrario, es un instrumento electrónico con el que modificamos la frecuencia de la corriente eléctrica que alimenta al motor y, con ella, su velocidad de giro. Como consecuencia, el caudal que aporta a la atracción se modifica proporcionalmente. En definitiva, con los variadores corregimos el caudal de la bomba al mismo tiempo que ajustamos la potencia y el consumo eléctrico del motor que la hace funcionar, sin necesidad de recurrir al sistema mecánico de válvulas.

Las ventajas del uso de variadores en parques acuáticos y otras atracciones son muchas:

-Facilitan la automatización de los sistemas hidráulicos, el control remoto y la monitorización de funcionamiento.

-Minimizan el desgaste de componentes y aumentan la vida útil de motores y bombas, ya que el encendido y el apagado progresivos eliminan el estrés mecánico y eléctrico sobre ellos.

-Aumentan la vida útil de la red hidráulica al evitar sobrepresión en el arranque y golpe por caída de columna de agua en la parada.

-Como consecuencia de las dos ventajas anteriores, los variadores reducen las necesidades de mantenimiento.

-Mejoran la seguridad de las atracciones al mantener en magnitudes constantes parámetros de funcionamiento como potencia, caudal, etc.

-Aseguran la instalación ante caídas de tensión o cortes del flujo eléctrico, ya que permiten el paro progresivo y el control de la energía cinética.

-Ahorran energía al adaptar el consumo eléctrico a la demanda de cada instante.

Como consecuencia de todo lo anterior, el empleo de variadores de velocidad repercute en la rentabilidad de las instalaciones hidráulicas. Al mismo tiempo, al reducir el consumo eléctrico y/o de combustibles fósiles, su implementación redunda en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, en beneficio para el planeta.