Eduardo Torroja fue un ingeniero español del siglo XX conocido por el diseño de sus innovadoras estructuras laminares de hormigón. Gracias a sus superficies delgadas similares a cáscaras, logró crear edificios con formas elegantes, además de eficientes desde el punto de vista estructural.
Entre sus proyectos más notables se encuentra el mercado de abastos de Algeciras, para el que diseñó una cubierta de hormigón en forma de paraboloide hiperbólico. Esta fue precisamente una de las primeras estructuras laminares de hormigón a gran escala en el mundo. Pero su obra más reconocida socialmente es el hipódromo de La Zarzuela, cuyo diseño produjo una cubierta en voladizo a partir de una lámina fina de hormigón que proporciona sombra al graderío.
Las estructuras laminares de hormigón de Torroja no solo son estéticamente atractivas, sino que, al exigir menos material para su construcción, emplean menos recursos económicos y son más sostenibles. Además, gracias a la inteligencia y eficiencia de sus diseños, sus estructuras resisten las cargas de proyecto sin deformarse más allá de lo que establecen los límites normativos.
En consecuencia, gracias a esas estructuras laminares de hormigón que combinan elegancia y estética con eficiencia, Eduardo Torroja dejó un legado duradero en el campo de la ingeniería y la arquitectura.
Por Alberto López, ingeniero de estructuras sénior en el Dpto. de Arquitectura de Amusement Logic